LA BELLEZA SOLO ESTA EN LOS OJOS DE QUIEN MIRA
Ilustración Lora Zombie
Sus pechos empezaron a encogerse, sus piernas ya no eran lo
que habían sido, por una extraña razón Penelope ya no era hermosa, su rostro pálido
ahora era en su medida un rostro enfermo, se miraba con angustia en el espejo
cada mañana, antes de partir observaba tratando de identificar a esa extraña, esa
desconocida que aún no lograba descifrar. ¿A dónde se había marchado la
belleza, su belleza?.
Ella no volvería a ser quien era, el tiempo y las
circunstancias estaban marcado un precedente en la nueva Penelope, todos sus
planes se derrumbaban como una torre de naipes, todo se estaba volviendo efímero, ahora solo existía
una fecha, un momento, ella solo quería una respuesta. Cuando llego ese momento
se dio cuenta que el tiempo no es más que un bufón de la vida, que todo lo que
ella creí real era una farsa de la costumbre, que desde ahora todo empezaría a
ser diferente.
Su belleza ahora fugaz no era relevante, después de saber
que la vida como la conocía estaría cambiando, todos los días ella se estaría
preguntando si la solución la haría recuperarse o simplemente le quitaría el
aliento.
Penelope ahora sin cabello, con su piel mas pálida que
antes, con su cuerpo tan delgado paseaba por las calles, las personan la
observaban como un animal en el zoológico, las miradas eran crueles, como
piedras y latigazos que castigan a un pecador. Ella se preguntaba a si misma si
acaso esto no la hacia encajar en lo bello que consideran los ojos de quien
mira.
Después de pasar por el sufrimiento de agujas, de camillas,
de manos frías, de hombres y mujeres que parecían mas helados que las
herramientas con las que la torturaban para mejorar sus días, ella se
preguntaba porqué la indiferencia de las personas que pasaban por su lado,
porqué la observaban con miradas que condenan, como si su enfermedad fuera algo
que castigar, ella solo quería ser vista como un igual, que los ojos no fueran
de lastima ni castigo.
Ahora ella quería volver a tener un encuentro piel a piel,
una caricia, un abrazo que durara hasta el amanecer, que la observaran como la
mujer que siempre había sido y seguía siendo, que alguien viera a través de sus
ojos y se diera cuenta que no estaba vacía, que aún se encontraba Penelope en
ese cuerpo, que estaba en una esquina con miedo, con temores, pero que seguía existiendo
, que era real.
Mientras llega ese alguien y ese momento, ella habitara en
la jungla de cemento, paseara en soledad y enfrentara con templanza los infortunios
de un cáncer, recordando que la belleza es solo algo efímero, algo fugaz y que
lo único importante y eterno es una mente maravillosa.